miércoles, 17 de agosto de 2016

El origen del dinero y la ceguera ciudadana inducida

Tras años de manipulación de las mentes, la ciudadanía siempre suele desconfiar de los gastos en los que pueda incurrir el gobierno para paliar la problemática que se presenta en los momentos de depresión y baja actividad económica. La austeridad sigue instalada en las mentes como única alternativa a las crisis capitalistas. La población sigue insistiendo en saber de dónde se va a sacar el dinero para pagar tanta necesidad. Pero en realidad el gasto público no se enfrenta a ninguna restricción presupuestaria. “La creencia de que el gobierno está obligado a equilibrar su presupuesto cada cierto tiempo es comparado [por muchos economistas] con una “religión”,  una “superstición” necesaria para asustar a la población de manera que esta se comporte  de la manera deseada.[1]” Hablamos, principalmente, de gobiernos que pueden emitir su propia moneda (España recordemos que tiene la limitación del Euro y el Banco Central Europeo).

En agosto de 1971 se liquidó el sistema de Bretton Woods[2] desligando el dólar (moneda reserva de referencia mundial) del oro y liberando la obligación de mantener un equilibrio entre los dólares emitidos y las reservas de oro. “El mundo pasó, así de pronto, de tener unos tipos de cambio fijados con el dólar y el oro a la libre flotación de tipos de cambio entre las monedas nacionales. A partir de este momento, pues, el sistema bancario mundial comenzó en la práctica a crear dinero de la nada.[3]

Y así una vez iniciada la crisis de 2007, la llamada Gran Recesión, podemos ver una muestra clara y patente de la creación de dinero de la nada. Aunque, hay que decir, que la creación de dinero virtual es el funcionamiento normal de los gobiernos que son soberanos en la creación de su propia moneda (se debe indicar igualmente que los bancos también crean dinero mediante la concesión de créditos, generando además reservas bancarias). Pero centrémonos en la muy conocida respuesta que  Ben Bernanke[4] dio a las múltiples preguntas que le llovían pidiendo explicaciones a su famosa “flexibilización cuantitativa”, llevada a cabo en Estados Unidos, mediante la que se adquirieron activos financieros tóxicos de los bancos en riesgo de quiebra, adquisición que alcanzó niveles de record: 1,75 billones de  dólares en su primera fase y 600 mil millones en la segunda. Además, en solo 5 meses se dobló la cantidad de dinero público en la economía estadounidense. La contestación dada no pudo ser más explícita “simplemente creaba dicho dinero dotando de crédito a reservas bancarias mediante pulsaciones sobre teclados de ordenador.”

Como bien dice Randall Wray “los gobiernos gastan mediante tecleos informáticos que no se les pueden acabar. Así, un gobierno soberano que emita su propia moneda mediante tecleos informáticos nunca puede sufrir restricciones autoimpuestas.[5]”Ya que, al ser autoimpuestas pueden ser eliminadas a conveniencia de la situación  económica y no reverenciadas como una verdad inmutable. La limitación, sin embargo, debiera tenerse en cuenta es el nivel de producción existente en la economía, con una matización: la existencia o no de recursos ociosos. Principalmente la existencia de personas desempleadas. La utilización plena de los recursos, especialmente el trabajo, permitiría maximizar la producción de bienes y servicios. La existencia de recursos ociosos podría solventarse con la creación de dinero mediante el déficit público, estimulando la economía y haciendo crecer el PIB: otro ídolo del capitalismo actual. No obstante, es obvio, que la realización de los presupuestos anuales del sector público debería tomar en consideración variables macroeconómicas como el desempleo, la inflación, el PIB y el medio ambiente, ya que objeto del gasto tiene que ser la mejora social, evitando las disfunciones posibles.

El gasto del gobierno (mediante el que se crea dinero), por tanto,  tiene que ser anticíclico (en contra del ciclo económico), es decir tiene que aumentar durante las crisis para incentivar lo que el sector privado ha dejado de hacer y la recaudación de impuestos, por el contrario, tiene que ser procíclica (es decir a favor del ciclo económico), tiene que disminuir durante las crisis, dejando así más recursos en manos de los particulares y empresas: más impuestos, más tasas, más participación en el pago de los servicios públicos les dejaría tan débiles que su futuro no tendría ninguna esperanza.

Lo que debemos tener muy claro es que en economía no es lo mismo la economía doméstica que la macroeconomía; mientras que en macroeconomía el gasto de uno es el ingreso de otro y por lo cual el gasto del estado (sin respaldo de ningún activo) es el ingreso del sector privado, en la economía doméstica se deben relacionar los gastos con los ingresos si no se quiere ser rehén de la propia inconsciencia y estar encadenados a las deudas. En consecuencia un déficit público es más sostenible que un déficit en el sector privado, de hecho muchas crisis económicas se han basado en un sobre endeudamiento, con excesivo apalancamiento (deuda),  del sector privado: empresas y hogares, a pesar de que en la inconsciencia colectiva se siga pensando que ha tenido que ver con el déficit público que, por cierto, en los años previos a la crisis de 2007 no había en España, ya que se tenía superávit público.

Lo que la Teoría Monetaria Moderna nos revela es que los miedos sobre los déficits y la deuda nos están conduciendo a un mundo en el que la economía en vez de resolver los problemas de la sociedad, los está aumentando, llenando el mundo de dolor e indignidad; que el dinero no es una cosa finita ya que actualmente no está basado en ningún activo, en ninguna cosa real y valorable y se está creando de la nada; que los déficits de los gobiernos suponen una inyección de dinero en el sector privado; que los déficits, en definitiva, pueden ser grandes o pequeños pero que el objetivo prioritario de la política económica tiene que ser equilibrar la propia economía no equilibrar el presupuesto y evitar el déficit aunque haya millones de desempleados y gente muriéndose en la calle.



[1] Wray, L. Randall (2015: 198-199). Teoría Monetaria Moderna. Lola Books.
[2] En julio de  1944 se celebró la conferencia de Bretton Woods creándose el que sería Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional para regular la economía financiera cuyos desórdenes habían contribuido a la Gran Depresión de 1929.
[3] Mason, Paul (2016:134). Postcapitalismo. Hacia un nuevo futuro. Paidós Estado y Sociedad.
[4] Economista y político estadounidense de gran prestigio y de origen judío que desempeñó el cargo de presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (el Banco Central) durante dos períodos de 2006 a 2014. Previamente a la crisis de 2007 consideraba que el neoliberalismo hacía funcionar la economía como un reloj, manteniendo a raya las grandes recesiones, siendo éstas menos frecuentes y más suaves.
[5] Wray, L. Randall (2015: 201). Teoría Monetaria Moderna. Lola Books.

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