Hay conceptos económicos que están sirviendo para
engañar y embaucar a los ciudadanos y buscar así objetivos que ni mucho menos
son favorables a la sociedad sino exclusivamente son favorables a aquellos que
los implantan como simiente de largo
recorrido y que los riegan sin desmayo para así obscurecer y hacer opaca la
realidad a aquellos otros que resultan ser los perdedores inconscientes.
La deuda,
en sentido extenso, es uno de ellos y con una importancia de gran trascendencia
social. En base a la deuda se aplican las políticas de austeridad, recortando
cada día más servicios públicos, aunque, por el contrario, la deuda siga
desbocada y sin solución. Los propios bancos, sin embargo, son los
beneficiarios de este sistema endemoniado y esclavizador. Así, nos dice el
economista Torres López en su último libro “El problema principal que provoca
la creación de dinero bancario en un sistema de reserva fraccionaria es que los
bancos se convierten en auténticos motores de propulsión de la deuda, y ésta,
en el negocio más rentable de la historia humana y no sólo por los beneficios
económicos que reporta, sino por la esclavitud que supone para los
prestatarios.[1]”
Un error, también ampliamente cometido, es
considerar que los bancos prestan el dinero que tienen, cuando ocurre sencillamente
al revés. “Los bancos no prestan lo que tienen, sino que tienen lo que prestan.[2]”
Los bancos no tienen obligación de mantener todo el dinero que les ingresan,
gran parte del dinero depositado por los clientes se utiliza para dar préstamos
y especular en los mercados financieros. La banca cuando no consigue buenos
resultados, en tiempos de vacas flacas, utiliza el efecto palanca. Los bancos
han aprendido a dar en todo momento buenos resultados que siempre son
necesarios para la cotización de sus acciones. Con fondos propios escasos han
recurrido al apalancamiento[3],
juegan y arriesgan con dinero que no es suyo, así los beneficios generados
fácilmente suponen un porcentaje jugoso y mayor. Los bancos aprovecharon de
forma extensiva el apalancamiento, para mejorar los beneficios sobre los
recursos propios, en algunos casos este apalancamiento llegó a ser 45 veces los
fondos propios, endeudándose enloquecida y avariciosamente para ganar más con
menos, aunque con mucho más riesgo para los demás, como nos demostró la crisis
de 2007/2008, la gran recesión. Y, sin embargo, los grandes beneficios que
obtuvieron, e incluso lo poco que había iniciada la crisis, se lo repartieron
entre unos pocos por lo que la tajada que sacaron fue muy suculenta, quitándola,
además, de la boca de los más necesitados.
Realmente la banca privada es la generadora de la
mayor parte del dinero que utilizamos. Crea dinero de la nada, sólo con apuntes
contables en el debe y haber de las distintas cuentas, dando créditos a un
determinado interés y generando deuda. Así llega a concluir Torres López “En
resumidas cuentas, por tanto, el dinero bancario es la deuda que crean los
bancos desde la nada (mediante la simple firma de los respectivos contratos y
las anotaciones pertinentes de cargo y abono) cuando conceden préstamos que se
traducen a posteriori en depósitos. O dicho también muy claramente con palabras
del premio Nobel de Economía Maurice Allais: el mecanismo del crédito conlleva
una creación de moneda ex nihilo mediante simples juegos de escritura.[4]”
Es una actividad tan sencilla y cuesta tan poco esfuerzo que el propio Keynes
preguntaba “¿Por qué si los bancos pueden crear crédito, se permiten rechazar
cualquier solicitud razonable de préstamo? ¿Y por qué están autorizados a
cobrar una tasa por algo que a ellos les cuesta poco o nada?[5]
Y
así nos encontramos que después de pagarles a escote entre los ciudadanos miles
de millones a los bancos para paliar sus juegos peligrosos con nuestro dinero,
el negocio bancario sigue boyante hoy en día y las noticias del presente año
son muy elocuentes: Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell, las mayores
entidades financieras españolas, han ganado en los nueve primeros meses del año
11.339 millones de euros, un 15 % más que en el mismo periodo de 2016.
Y así sigue la canción triste de la deuda. Nuestro
Gobierno generador de la mayor deuda de Europa a pesar de sus políticas
austericidas, reducirá nuevamente
en 2018, por tercer año consecutivo, la proporción de
Producto Interior Bruto (PIB) que destina a Sanidad, Educación y Protección
Social. En los dos primeros casos el gasto caerá en dos décimas, con lo que la
partida destinada a Educación pasa del 4% al 3,8% del PIB, y la de Sanidad se
contraerá del 6% al 5,8%. Por su parte, en la partida destinada a pensiones,
servicios sociales y políticas de fomento del empleo, entre otros aspectos, la
reducción será incluso mayor: pasará de recibir el 16,5% del PIB a quedarse en
el 16,2%.
La pregunta sigue siendo ¿quién sale
beneficiado de estas políticas? ¿Quién le interesa la deuda?
[1] Torres López, Juan. (2016:177). Economía para no
dejarse engañar por los economistas. Deusto.
[2] Ibídem
(2016:135)
[3] El
apalancamiento es el recurso al endeudamiento para incrementar la rentabilidad
del capital propio. La ratio se calcula teniendo en cuenta los fondos propios y
el volumen de deudas.
[4] Torres López, Juan. (2016:173). Economía para no dejarse
engañar por los economistas. Deusto.
[5] Petitor,
Ann. La producción del dinero. Los libros lince S.L. 2014. Edición digital.
Me sorprende que Torres López utilice aún toda estás ideas desfasadas de la escuela austriaca y neoclásica.
ResponderEliminarNo existe la tal reserva fraccionaria. Es un concepto q solo tiene algo de sentido en el patrón oro, aunque siga siendo erroneo.
Los bancos no prestan, no pueden, el dinero de los depositantes.
No existe el tal apalancamiento. Concepto desfasado hijo del modelo de la reserva fraccionaria, el multiplicador bancario y toda esa serie de fantasías.
Etc...
Loanable funds myth: http://www.youtube.com/playlist?list=PLJxyM2r1c3xZOIgXDDAWXs4lFjE41wBMN
EliminarOn fractional reserve myth: http://www.youtube.com/playlist?list=PLJxyM2r1c3xbQWEel5y4rF1EMpvP6MXtt
Gracias por los comentarios
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