Los continuos casos de corrupción son la vergüenza y
el oprobio de nuestra democracia pero el absolutismo del libre mercado y la
globalización actual unida a la desregulación financiera, llevada a cabo en los
años 70 del anterior siglo, han permitido que los robos más cuantiosos, más
peligrosos e inmorales se lleven a cabo dentro de la legalidad vigente.
Mostraremos unas pinceladas de cuatro robos muy
significativos: 1. El robo llevado a cabo con los países africanos y del
llamado tercer mundo, 2. El robo efectuado a las mujeres, 3. El robo que se
viene permitiendo en la economía financiera y especialmente a la insultante
expoliación llevada a cabo por los fondos buitre, 4. El robo que se está
haciendo a la naturaleza y que algunos no quieren mirar para no ver.
1. África muere en
un suicidio que alguien ha definido como asistido pero que la realidad nos hace
concluir que es y ha sido provocado. Aún hoy sigue siendo la mina de los países
desarrollados y emergentes y se extraen de sus entrañas sin apenas compensación
minerales que suponen grandes riquezas para otros países que, sin embargo,
suelen pagar incentivando conflictos y guerras sangrientas para seguir haciendo
negocio con la venta de armamento y convirtiendo el Mediterráneo, cuna de la
cultura, en su cementerio. Los países africanos han sufrido y siguen sufriendo
sustracciones continuas, despojos a bajo precio de sus recursos naturales, por
parte de lo que se ha creído el “mundo civilizado”. Y no sólo durante el
colonialismo sino en fechas actuales. Nos dice Joseph Fontana que “Los primeros
veinte años de la independencia estuvieron dominados por proyectos industriales
fantasmagóricos, los llamados “elefantes blancos”, que proporcionaron grandes
beneficios a las empresas europeas y americanas que intervenían en ellos –y a
los dirigentes locales que se embolsaban sus comisiones—y consumieron los
recursos locales en intentos condenados al fracaso[1]”.
2. El trabajo de
las mujeres ha sido invisible en muchos momentos de la historia. La
industrialización y la formada sociedad del trabajo han contribuido especialmente
en ello y han sido factores importantes en la situación injusta que aún
atraviesan las mujeres en nuestras sociedades. Las mujeres han realizado en su
mayor parte el trabajo de reproducción y de cuidados de la sociedad. Trabajos totalmente
necesarios para la supervivencia de la especie y del propio trabajo mercantil
que requiere a sus “recursos humanos” sanos, dispuestos e inasequibles al
desaliento y a la enfermedad. El régimen neoliberal se ha encargado de aumentar
la desigualdad entre personas y países pero la palma de la pobreza, la
precariedad y las jornadas interminables ha quedado asignada a las mujeres. Se
está haciendo posible, en consecuencia, una vuelta a los viejos tiempos en los
que a la mujer le quedaba exclusivamente el trabajo de la casa pero ahora,
además, para completar los pocos ingresos de los hogares, provenientes de contratos basuras o el desempleo, tiene que
realizar dobles jornadas y jornadas extras en trabajos a tiempo parcial.
3. El juego sucio
de los fondos bien llamados buitres, es un juego de psicópatas, de personas sin
sentimientos, juego inmoral que pone la especulación y la usura por delante de
los derechos humanos y que, no obstante, ha sido respaldado por algunos
tribunales. Así “los tribunales han estado dispuestos a hacer valer el derecho
de un fondo buitre como acreedor para cobrar el valor total de la deuda, el
valor nominal, ignorando el precio de adquisición del título de la deuda[2]”
lo que ha impedido procesos de reestructuración de deuda soberana en países en
dificultades económicas extremas, priorizando la especulación y el lucro a las
necesidades vitales de las personas.
La falta de un marco
jurídico para la reestructuración de la deuda soberana ha supuesto un enorme
agujero en la arquitectura financiera internacional que ha permitido a los
fondos buitres lucrarse hundiendo países enteros, recogiendo cadáveres de esta
larga crisis en la que aún permanecemos. No es de extrañar que muchos analistas
críticos piensen, y no solo ellos, que debería prevalecer la idea expresada por
el Relator Especial de la ONUJ sobre la deuda y los derechos humanos al afirmar
que “el derecho internacional de los
derechos humanos debe ser considerado como la ley aplicable en el contexto de
la reestructuración de la deuda”. Lo contrario es y sería perverso.
4. El robo
efectuado a la naturaleza se trata en último lugar pero con seguridad es el que
afectará en mayor medida a la humanidad y puede considerarse, a pesar de los
incrédulos, el más importante. Las llamadas “externalidades” son robos que las
empresas hacen recaer sobre los ciudadanos. Las externalidades ambientales
conllevan costes para depurar y equilibrar los efectos negativos que se
infligen al medio ambiente y que raramente son abonados por los causantes de
los mismos. Pero aún más, los efectos de
este robo a la naturaleza y a sus habitantes pueden ser irreversibles y cambiar
el mundo tal como lo conocemos. Ya que nunca sabremos cuando un pequeño
incremento de la temperatura en nuestro planeta puede ocasionar un desastre
terrible, “impulsar las temperaturas mundiales hasta más allá de determinados
umbrales podría desencadenar cambiaos
abruptos, impredecibles y potencialmente irreversibles que tendrían
consecuencias enormemente perturbadoras y a gran escala[3]”.
La planificación de la miseria y la economía de
partida de póker en la que el ganador se lo lleva todo no parece una buena solución
a nuestros problemas, camufla robos que son riesgos de importancia para la
supervivencia de la humanidad, olvidando que no se puede aislar el mundo
económico de lo físico. Deberíamos mirar de frente muchos fraudes que se vienen
permitiendo en este mundo globalizado. Muchos países especialmente pobres y
atrasados en su integración en el sistema capitalista, no sólo son expoliados
de sus recursos y conocimientos, sino que además están sufriendo y pagando los
problemas del cambio climático y de guerras interesadas sin haber contribuido a
su desarrollo. El trabajo de procreación y de cuidados que principalmente han
hecho las mujeres sigue invisibilizado y aprovechado en este mundo neoliberal
por los hombres, las empresas y las clases pudientes. El mundo especulativo y
singularmente los fondos buitres son un cáncer a extirpar lo antes posible. Por
todo ello, debemos repensar qué mundo queremos dejar a nuestros nietos pues
estamos robándoles su futuro cómo hemos hecho con el presente de nuestros hijos.
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